José Martí, prócer de la independencia de Cuba, advirtió inmediatamente el peligro que se cernía sobre la isla, al emerger esta después de cuatro siglos de dominio español.
Cuba, recién emancipada, quedaba, como el resto de América, al acecho del boyante imperialismo estadounidense. Por sí misma afrontaba ya el más verdadero peligro para su desenvolvimiento histórico.
Antes que político, fue Martí un literato de máximo nivel. Dejó huella en la literatura mundial como precursor del Modernismo, corriente artística netamente cosmopolita que en Ruben Darío, Martí y otros tuvo grandiosas figuras.
José Martí fue amigo de México. Llegó a Veracruz en febrero de 1875, recién cumplidos los 22 años. Se trasladó enseguida a la Ciudad de México, en donde radicó dos años dedicado al periodismo. El presidente de la república era Sebastián Lerdo de Tejada.
Estatua de José Martí en Cienfuegos, CubaEn estas tierras nuestras conoció el éxito literario y maduró sus ideas revolucionarias.
Dieciséis años después publicó el ensayo revolucionario Nuestra América en el periódico mexicano llamado El Partido Liberal de México (que no tenía que ver con lo que posteriormente hicieron los Flores Magón).
José Martí promovió el apelativo Nuestra América, haciendo con él hincapié en la diferencia entre la América anglosajona y la que habla castellano.
Fue amigo de Manuel Gutiéerez Nájera, seis años menor que él, quien fue uno de los iniciadores en México del Modernismo.
José Martí fue uno de los poetas más acudidos por la educación mexicana de los años 70 y 80 del siglo XX. Todos los niños de entonces fuimos cultivados con la grandeza de José Martí.
José Martí nació un 28 de enero de 1853. Recordámoslo cada año, pero también cada día.
28.1.2017
Versos sencillos de José Martí
Yo soy un hombre sincero
de donde crece la palma
y antes de morirme quiero
echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas partes
y hacia todas partes voy,
arte soy entre las artes
y en los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
de las yerbas y las flores
y de mortales engaños
y de sublimes dolores.
Yo he visto en la noche oscura
llover sobre mi cabeza
los rayos de lumbre pura
de la divina belleza.
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